COMEI ha redactado los proyectos de restauración de decenas de vertederos de residuos presentes en muchos lugares de la geografía catalana a solicitud de los propietarios de los terrenos, por iniciativa propia o impulsados por las Autoridades Ambientales o Fiscalía.
Las actuaciones de restauración tienen como objetivo final recuperar las condiciones naturales iniciales, o evitar riesgos significativos sobre la salud de las personas o el medio ambiente. Para diseñar las actuaciones de restauración se identifican los residuos depositados y las rutas de dispersión asociadas al lugar estudiado, lo que permite valorar el riesgo ambiental que suponen. Esta valoración permite establecer cuáles son las actuaciones imprescindibles para limitar los posibles daños que el mantenimiento de los residuos pueden suponer, más allá de sus efectos visuales o estéticos.
La restauración se inicia con la clasificación, retirada y gestión de los residuos que así se estipula en establecimientos autorizados, en especial aquellos que presentan toxicidad o peligrosidad a corto, medio o largo plazo, y la selección de aquellos materiales inertes que pueden ofrecer estabilidad al resultado final, que serán dispuestos en el terreno como se considere que técnicamente puedan ofrecer más ventajas: preparando los taludes, canales y desagües y restaurante topográficamente la superficie afectada por que pueda recuperar los pendientes más adecuados a la situación original o su entorno y se eviten los fenómenos erosivos que destrozarían la intervención. El uso de canales cubiertos, escolleras o muros de piedra y técnicas de mulching permiten contener las tierras, en especial las afectadas por movimientos.
La cobertura definitiva se hace con una capa de clausura de espesor variable, dependiendo de las características de la zona, el sustrato y la vegetación a incorporar, de tierra vegetal y compost. La cubierta vegetal idónea por los antiguos vertederos está formada por especies de sistemas radicales poco desarrollados verticalmente pero de gran expansión horizontal, de ahí que seleccionamos especies locales herbáceas autóctonas, con una presencia elevada de plantas con flores, lo que permite actuar en beneficio de los insectos polinizadors. Únicamente en las zonas a las que no se ha observado la presencia de residuos en profundidad, y en especial en el perímetro, recomendamos el uso de especies arbóreas, que tienen un papel muy importante para la integración del espacio restaurado en su entorno, además de fijar el terreno en los taludes.